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Los Miserables.




Este equipo se gestó en una librería, en pláticas informales con “El Joch” sobre nuestras aventuras pamboleras de antaño.

Todos teníamos (y aún tenemos) algo en común: La amistad, la 'espinita' de seguir coleccionando anécdotas, de patear un balón con técnica o sin ella, de divertirnos con el deporte que más nos apasiona, y por qué no, de ganar uno que otro partido y colarnos a alguna liguilla para morirnos en la raya y sentirnos orgullosos de eso.

La filosofía miserable puede resumirse en pocas palabras: "No nos importa ganar, si perdemos, nos divertimos, si ganamos, que sea jugando bien"; por eso, 'Los Miserables' siempre han rechazado ganar sin jugar los partidos.

Los Miserables no buscan llenarse de 'figuras' que resuelvan los partidos, sino de gente que disfrute del juego, que goce ganar y perder, que goce la banca y desde ahí apoye a los demás para que todos jueguen. Miserables es más que un equipo, es un grupo de amigos. Se divierten y divierten a los demás, a veces a costa suya, pero alguien siempre se va satisfecho.

Los Miserables como equipo, han logrado lo que muchas veces no se logra individualmente: Conocer y respetar al otro desde su diferencia y saber que ese otro se ha vuelto tu amigo, a pesar de las particularidades de cada uno.

Por ese pluralismo, es que en Los Miserables han estado un sinnúmero de personas. Unos han llegado para quedarse, otros han optado por irse, ya sea por cuestiones laborales, personales o de cualquier otro tipo.

La comunidad miserable es y seguirá siendo grande. Somos muchos ya los que en algún momento podremos decir: "Yo un día jugué con los Miserables".

Texto al pie del texto: Breve anatomía de "Los Miserables", por: Rodrigo Islas Brito.

“Chalados, entrones; metafísicos. Los Miserables son los del triunfo pundonoroso contra la “Proveedora Escolar", los de las goleadas en contra aún jugando con uno de más, los autores del marcador 16-1 contra el “Pollo Brujo", los del fútbol club y los del fútbol venido desde abajo... desde abajo... pero desde muy, muy, muy arriba, los de la patada al cielo y los de las peleas a patadas en contra de “Sociedad Alcohólica". 

Los que corretean a un árbitro porque la verdad ya le habían aguantado muchas mamadas. Los Miserables, los de la banca inacabable y a la que una vez expulsaron completita por estar mentando madres.

Con Joshuarito hoy en la banca por lesión y con el Isra poniéndose su diadema para ya salir al campo. Nunca volveré a ver un equipo de fútbol como los Miserables. Nunca volveré a sentirme rabiosamente aliviado con ninguno".


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