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Reseña: Un futuro para México.



Desde su publicación en la revista Nexos, “Un futuro para México” de Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda despertó  un álgido debate entre los diversos círculos intelectuales del país.

La trascendencia de dicho libro, recae en el hecho de que en él se tratan temas cruciales para el desarrollo del país desde el ámbito político, social y económico. De manera sintética y precisa; los autores  proponen un mejor panorama para “la nación que queremos”.

Un futuro para México, representa hoy la única propuesta seria y pluralista dónde se construyen acuerdos para llevar a cabo las grandes reformas que el país necesita.

Quizás hoy no podamos encontrar de manera visible, una propuesta como la que nos ofrecen los autores en éste libro; cuyo objetivo, es  abrir el debate a temas tabúes que no hemos querido tratar.

Por lo anterior, se hace indispensable dar a conocer el contenido de dicho trabajo al representar un debate actual de los problemas de nuestro país y la manera en que debemos de solucionarlos.

El peso del pasado y la necesidad de un futuro.

Para los autores México es “preso de su historia”; una historia que ayudó a formar una identidad a través del “nacionalismo revolucionario”, esa misma historia que forjó al México corporativista, presidencialista y con un sistema de partidos hegemónico. La  idea de llevar a México hacia un futuro mejor, quedó como tarea pendiente. El país tuvo que luchar contra los monstruos burocráticos que el mismo había creado, lo que impidió que México fuera una Nación más democrática e incluyente.

Construir un mejor futuro para México se basa en dejar atrás las estructuras sociales y políticas obsoletas. Se trata de construir un sistema que satisfaga las demandas populares, de construir una democracia menos polarizada y de formar una ciudadanía participativa.
México necesita trascender su pasado y reconstruir su presente. El no haberlo hecho hasta ahora, ha formado un poder legislativo dividido, un ejecutivo debilitado y un sistema de partidos fragmentado y polarizado. Por mantenernos en la inercia y la pasividad, hemos generado una nación temerosa de su futuro.

Para la construcción de un mejor futuro, los autores proponen lo siguiente:

1.- Modificaciones económicas para eficientar el crecimiento en México.
 2.- Decidir el lugar que deseamos ocupar en el mundo.
            3.- Construir una sociedad equitativa donde no exista la desigualdad.
         4.- Democratizar al país a través de reformas estructurales que den más fuerza y dinamismo a las instituciones.

Prosperidad.

Para que México crezca los autores se preguntan ¿Cómo desatar la prosperidad? Se deduce que uno de los grandes problemas del porqué  México no crece, se basa en el hecho de que nos hemos preocupado más en cómo combatir la pobreza y menos en cómo generar la riqueza. Para crear una Nación próspera, es necesario generar buenos empleos bien remunerados. En México se generan muchos empleos pero no ocurre así al momento de generar buenos empleos. La mayoría de los trabajos pertenecen al mercado informal, lo que se traduce en condiciones laborales inadecuadas y parálisis económica.

La informalidad ha originado que la productividad crezca a paso lento. En México solo una tercera parte de las empresas resultan productivas. El problema que representan los empleos informales, es que evaden las leyes fiscales y no contribuyen a generar la riqueza que se necesita para consolidar la economía mexicana.

La apertura del mercado mexicano a empresas extranjeras es considerada una propuesta idónea para que el país logre elevar su nivel de prosperidad; de esta manera, se busca romper con las empresas públicas y privadas que ejercen el dominio monopólico de algún sector de la economía mexicana. Hoy - nos dicen los autores - es totalmente imposible hablar de competitividad en los sectores de telefonía, energía, petróleo  y televisión; ya que el mercado no se apertura y las tendencias monopólicas están muy arraigadas en el país, lo que no permite que otras empresas sean capaces de competir.

A manera de conclusión, los autores nos dicen: “Solo una economía de mercado fuerte, abierta, competitiva y anti monopólica, podrá crear la riqueza y empleos… Productividad, inversión y ahorro son las palancas de la creación de riqueza”…

Nuestro lugar en el mundo.

Los autores consideran que el desarrollo de México depende ampliamente de las relaciones que se tengan hacia el exterior, con esta disyuntiva, México solo puede tender hacia “dos exteriores”: América Latina (con el que se encuentra ligado a través de las costumbres: lengua, cultura e idioma) y América del Norte ( con quien establece relaciones de carácter económico para llevar a cabo el desarrollo que México necesita para ser más productivo); con este escenario y de acuerdo a conclusiones de los mismos autores, México ha optado  - de manera discreta pero no suficiente - por lo segundo; es decir, por tender a ser un país con una actitud desarrollista desde una visión económica dejando de lado la adopción de sistemas demagógicos. (Tendencia creciente en América Latina).

Las relaciones existentes con América del Norte deben de ir más allá del discurso, deben de encontrarse formas de hacer más prácticas estas relaciones a través de hechos concretos y visibles. Tratados como el TLCAN son desde la perspectiva de los autores, modelos idóneos para incentivar el desarrollo económico de México, ya que a pesar del gran “victimismo” con el que se ha visto a este tipo de tratados, han beneficiado a México ampliamente, “más de lo que podríamos creer”.

México y América del Norte tienen una agenda definida por temas como: seguridad, narcotráfico, migración  tratados internacionales y economía nacional; temas de relevancia que hoy en día son de suma prioridad.

Debemos de definir como país hacia donde queremos virar, darnos un rumbo que nos incentive y ayude a desarrollar nuestra economía, se trata de optar por lo que nos permita fortalecer nuestras instituciones y  generar una mejor  ciudadanía y una óptima democracia.

Sociedad y educación.

México crece a un ritmo desigual, la riqueza generada en el país se encuentra mal distribuida y en consecuencia es altamente imposible hablar de un adecuado crecimiento en México. No se puede hablar de crecimiento, mientras el sistema de recaudación de impuestos no se encuentre debidamente fortalecido.

Hoy México y sus ciudadanos evaden el sistema de recaudación tributaria, la existencia de más del 60% de economía informal hacen más difícil la tarea. Desde la informalidad es más complicado hacer que se paguen impuestos, este problema repercute de manera directa al desarrollo económico del país, un país donde la federación eroga más del 80% de ingresos para los estados, y donde estos mismos no tienen la suficiente vitalidad para generar un sistema propio de recaudación de impuestos.

Se depende altamente de lo que dé o deje de dar la federación, el cobro de impuestos a nivel estatal y municipal es complejo, nadie se responsabiliza de hacer efectivo este cobro de impuestos, puede más la informalidad que un sistema fiscal fuerte, puede más la concesión hacia pocos y la carga excesiva de impuestos hacia muchos. México necesita fortalecerse económicamente, dejar de depender del “factor petróleo” como solución a todos los problemas que se le presenten.

El sistema educativo en México, para los autores se encuentra en una encrucijada; para ellos,  la educación debe de basarse en las necesidades actuales de la sociedad; es decir, se debe de educar para poder utilizar lo que se aprende e ir más allá de la “acumulación del conocimiento”. Critican el hecho de que hasta hoy no haya  ni una sola intención para que la educación en México sea más próspera y que vaya de la mano con el desarrollo de  las tecnologías y el aprendizaje de otros idiomas.

La calificación del desempeño de los docentes, la existencia de un órgano externo dentro de las escuelas (independiente al sindicato de maestros), la remuneración salarial de acuerdo al desempeño de cada educador, entre otros; son factores que se consideran prioritarios para poder alcanzar una educación de calidad.

Por lo expuesto anteriormente, la única manera de alcanzar la prosperidad es a través de un sistema de recaudación eficaz y eficiente, donde los ingresos del Estado vengan de otros sectores diferentes al petróleo y construir de esta manera, una economía más dinámica y menos dependiente de un sólo sector.

 Para tener una sociedad más preparada se necesita una educación de calidad donde las demandas sindicales se centren más en  el desarrollo de la educación que en beneficios particulares.

Democracia.

En esta última parte del libro, se establecen las bases para impulsar la creación de una mejor democracia. Los autores consideran que la democracia mexicana se ha estancado y que su funcionalidad depende ampliamente del andamiaje institucional que toda democracia debe tener para que sea ampliamente operacional.

Ante la propuesta de consolidar y de crear una mejor democracia, se resaltan tres aspectos importantes:

Creación de mayorías. En este punto se considera a la gobernabilidad como una forma de desarrollar la democracia a través de la legitimidad que obtenga el representante del poder ejecutivo, lo que solo se dará a través de la aplicación de la segunda vuelta electoral, garantizando la legitimidad y la gobernabilidad a través del voto mayoritario de los ciudadanos.

En 1994 el candidato presidenciable ganador obtuvo el 50% de votos, en el 2000 obtuvo 43% y en el 2006 el 35%. Con esta herramienta, lo que se busca, es  evitar escenarios en donde el candidato  cuente con menos del 50% del voto ciudadano.

Flexibilidad en el régimen de partidos. A través de esta apertura se garantiza la oportunidad de  incentivar la reelección consecutiva de representantes del Congreso de la Unión y la propuesta de candidaturas independientes; con la finalidad de abrir los espacios públicos (dominados por las “élites partidistas”) a un buen grueso de la ciudadanía para darles la oportunidad de elegir a un representante que responda a los intereses generales de la comunidad.

Fortalecer al ejecutivo. Dejar atrás el divisionismo existente entre los tres poderes de gobierno. Priorizar la creación de los acuerdos necesarios para que figuras como el referéndum sean posibles.

Queda claro que los autores no buscan establecer estas ideas como algo acabado, si no como una manera de abrir el debate necesario para que México crezca en todos los aspectos; bajo esta tesitura, proponen que las elecciones de 2012 sean el momento idóneo para abrir el debate, para dejar atrás la “spotizacion” y los lemas demagógicos de los candidatos; de esta manera, estaremos dando un paso hacia el debate de ideas, hacia la creación de una ciudadanía más consciente y comprometida en la toma de decisiones.

Bibliografía: Camín, Aguilar, Héctor y Castañeda G. J. (2009) “Un futuro para México”. Punto de Lectura: México.

  

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