Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2018

Juan Pablo II, Dudek y la religiosidad del fútbol.

Antes de convertirse en el máximo jerarca de la Iglesia Católica, Juan Pablo II fue un ferviente practicante del fútbol. Con la leyenda ya construida de su imagen, se llegó a decir que fue un virtuoso de la portería y que de vez en cuando se le daba por lanzarse al ataque. Para muchos es desconocido que Juan Pablo II fue el primer papa que asistió a un partido de fútbol y que en más de una ocasión usó al fútbol como mera metáfora de la vida. Juan Pablo II siempre apostó por un fútbol colectivista que reivindicara los valores humanos. Siempre se mostró en contra del fútbol mercantil y egoísta que manchaba la esencia del deporte. Por eso no resulta extraño que hoy se le atribuyan una serie de milagros deportivos; en especial aquel milagro que hizo posible que Liverpool se coronara campeón de Europa en el año 2005. En aquel partido Liverpool parecía estar condenado a la derrota, con un medio tiempo a cuestas y con un marcador de tres goles a cero en contra, todo in

Soy taxista.

Soy taxista. ¡Ya me tienen hasta la madre jefe! Siempre es lo mismo: “¿Qué pasó mi chófer?” “¿Cómo estamos mi chófer?” “¿Está bueno el calorsito verdad mi chófer?” Nada más desagradable que le recuerden a uno lo jodido que está. Si yo no entré aquí por gusto mi jefe, ya sabe cómo es la vida a veces, uno quisiera andar por otros lados, pero hay que comer y hay que alimentar a la familia. Esto casi no se lo cuento a nadie, pero usted se ve diferente, luego se da uno cuenta cuando una persona está preparada. Yo antes de subirme al taxi me dedicaba a escribir. Estuve estudiando cuatro años en la Universidad Nacional, tuve a los mejores profesores de México, dominé gran parte de la literatura universal, le conozco de muchos autores, sobre todo a los rusos, esos rusos siempre me parecieron muy buenos. Ya saliendo de la universidad me dediqué a escribir poesía, era bueno según decían quienes me leían, ya hasta me iban a publicar un libro, pero ya sabe jefe, todo terminó po

Los amigos.

Era en la cantina del pueblo donde ellos se reunían; con el paso del tiempo habían establecido una especie de acuerdo que consistía en embriagarse por lo menos una vez a la semana. Estas reuniones hacían que ellos olvidaran que desde hace mucho tiempo atrás, les fastidiaba la idea de vivir en donde vivían. Se habían conocido por meros azares del destino. Eran de costumbres distintas. Esto había hecho que se liaran a golpes en más de una ocasión, pero todo terminaba con el menor de los daños posibles. Eran malos peleadores; apenas si se podían mantener de pie, con dificultad lograban acertar un golpe a su rival. Actuaban como si la infancia nunca los hubiera abandonado; se limpiaban las ropas y regresaban nuevamente a la cantina. Ahí volvían a recordar que eran muy amigos. Hablaban de todo: De mujeres, de sexo, de religión, de mujeres, de política, de fútbol, y de mujeres otra vez.  Todos esos temas les hubieran acabado aburriendo en algún momento, y tarde que temprano